SOBRE LAS MANIFESTACIONES
Romper el silencio puede ser un ejercicio traumático tanto para quien lo rompe como para el contexto; la reacción de éste puede ser agresiva y condescendiente con quien provoca el trastorno. La comodidad del silencio puede llevar a pensar que fuera de él gobierna el caos y la superficialidad, por eso el contexto ataca y minusvalora al ruidoso.
Contra esto uno se revela: contra la inmovilidad y el aletargamiento que mantiene adormecida y desesperanzada a la gente. Esta insatisfacción se puede canalizar en protestas y movimientos espontáneos. Es la soberanía del pueblo y tenemos que huir de quienes intenten frenarla, pues el contexto intentará con argucias legales poner fin a las expresiones de libertad, erigiéndose ellos como paladines de la verdad y la ley en pos de su comodidad.
El hartazgo busca cauces y éstos pueden ser irrefrenables; queremos un cambio, la semilla está aquí y depende de todos que la dejemos germinar. Los grandes cambios se estimulan desde movimientos como este; tenemos la oportunidad de dejar un legado que tacharán de romántico, de trasnochado, pero que en esencia es la manera en que se mueve el mundo, es nuestra naturaleza.
lunes, 23 de mayo de 2011
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1 comentario:
Estas son nuestras armas.
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