Intentar ver es la búsqueda de lo que no es evidente, esa es una meta que siempre se aleja cada vez que se lleva uno la cámara a la vista. Se persigue algo que no está delante y se empieza a hurgar en el subconsciente, en la cultura visual, en lo que se quisiera ver. Llegar a visualizar sólo lleva un instante y el resultado a veces parece predestinado a tomar una forma que se obstina por cambiar y evolucionar a cada golpe de vista.
Por eso me gusta apreciar el ciclo vital de cada imagen, creer que se resiste y guarda con recelo ese "algo más" en busca de eso voy como un cazador que atrapa porciones de luz y regresa sin nada en la bolsa.

lunes, 23 de mayo de 2011

SOBRE LAS MANIFESTACIONES

Romper el silencio puede ser un ejercicio traumático tanto para quien lo rompe como para el contexto; la reacción de éste puede ser agresiva y condescendiente con quien provoca el trastorno. La comodidad del silencio puede llevar a pensar que fuera de él gobierna el caos y la superficialidad, por eso el contexto ataca y minusvalora al ruidoso.
Contra esto uno se revela: contra la inmovilidad y el aletargamiento que mantiene adormecida y desesperanzada a la gente. Esta insatisfacción se puede canalizar en protestas y movimientos espontáneos. Es la soberanía del pueblo y tenemos que huir de quienes intenten frenarla, pues el contexto intentará con argucias legales poner fin a las expresiones de libertad, erigiéndose ellos como paladines de la verdad y la ley en pos de su comodidad.
El hartazgo busca cauces y éstos pueden ser irrefrenables; queremos un cambio, la semilla está aquí y depende de todos que la dejemos germinar. Los grandes cambios se estimulan desde movimientos como este; tenemos la oportunidad de dejar un legado que tacharán de romántico, de trasnochado, pero que en esencia es la manera en que se mueve el mundo, es nuestra naturaleza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estas son nuestras armas.